Nos sentimos felices, tranquilos y orgullosos de que nuestro hijo haga parte de la maravillosa familia Stanford. Un lugar mágico, con personal idóneo en cada perfil, instalaciones de ensueño, y el cariño y amor que se percibe en cada rincón. No nos queda más que darles las gracias por el maravill
Cada maestro se esfuerza por cada muchacho de sacar lo mejor de ellos y sembrar en sus corazones el gozo y la gloria de Dios...Mis màs sinceras felicitaciones!!